¿Es usted uno de los millones de personas mayores que viven con las molestias diarias de la artritis? No estás solo. La artritis afecta a personas de todas las edades, pero es particularmente común a medida que envejecemos. Si bien no existe cura para la artritis, existen formas de controlar el dolor y la inflamación que causa.
Probablemente haya probado medicamentos, fisioterapia o incluso terapia de calor o frío. ¿Pero has oído hablar de
Terapia de luz roja
? Este enfoque innovador y sin medicamentos está ganando popularidad por su potencial para reducir el dolor de la artritis y mejorar la calidad de vida, particularmente de las personas mayores.
Comprender la artritis y su impacto en las personas mayores
La artritis es un término general que abarca más de 100 afecciones que afectan las articulaciones y causan dolor, rigidez y movilidad reducida. Los dos tipos más comunes son:
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Osteoartritis:
Una condición de "desgaste" en la que el cartílago que amortigua las articulaciones se rompe gradualmente.
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Artritis reumatoide:
Un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error las articulaciones, provocando inflamación y daño.
Para las personas mayores, la artritis puede afectar significativamente la vida diaria, lo que dificulta:
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Mantente activo e independiente:
El dolor y la rigidez pueden limitar la movilidad, lo que dificulta la realización de pasatiempos, la socialización o la realización de tareas diarias.
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Mantener una buena calidad de vida.:
El dolor crónico puede afectar el bienestar emocional y provocar frustración, aislamiento social e incluso depresión.
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Manejar otras condiciones de salud:
El dolor de la artritis puede interferir con el sueño, aumentar los niveles de estrés y dificultar el manejo de otros problemas de salud comunes en los adultos mayores.
Cómo funciona la terapia de luz roja
La terapia con luz roja, también conocida como fotobiomodulación, utiliza longitudes de onda de luz específicas para estimular la curación y reducir la inflamación. Funciona enviando haces concentrados de luz roja e infrarroja cercana al área afectada. Estas longitudes de onda penetran en la piel y llegan profundamente a las articulaciones, donde interactúan con las células a nivel molecular.
Así es como la terapia con luz roja puede ayudar con la artritis:
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Reduce la inflamación:
Se ha demostrado que la terapia con luz roja reduce la producción de moléculas inflamatorias llamadas citocinas, que desempeñan un papel clave en el dolor y la hinchazón asociados con la artritis.
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Estimula la reparación celular:
Puede mejorar la producción de trifosfato de adenosina (ATP), la fuente de energía de las células, que es esencial para la reparación y regeneración celular. Esto puede ayudar a ralentizar la progresión de la artritis y promover la curación de los tejidos dañados.
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Mejora la circulación sanguínea:
La terapia con luz roja puede dilatar los vasos sanguíneos, mejorando el flujo sanguíneo al área tratada. Este aumento de la circulación suministra más oxígeno y nutrientes a las articulaciones, favoreciendo la curación y reduciendo el dolor.
Más información:
El impacto de las longitudes de onda de la terapia con luz LED en las células endoteliales | Informes Científicos
Investigación de la terapia de luz roja para la artritis
Numerosos estudios sugieren que la terapia con luz roja puede ser una opción de tratamiento eficaz tanto para la osteoartritis como para la artritis reumatoide.
Más información:
Estudios clínicos sobre terapia de luz roja | Tratar la artritis
Aquí hay algunos hallazgos clave:
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Un estudio publicado en la revista "Photomedicine and Laser Surgery" encontró que la terapia con luz roja reducía significativamente el dolor y mejoraba la función en pacientes con osteoartritis de rodilla.
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La investigación publicada en "Lasers in Medical Science" mostró que la terapia con luz roja combinada con ejercicio produjo mayores mejoras en el dolor, la rigidez y la función física en pacientes con artritis reumatoide en comparación con el ejercicio solo.
Si bien siempre se realizan más investigaciones, la evidencia existente sugiere firmemente que la terapia con luz roja puede ser una terapia complementaria segura y eficaz para controlar el dolor y la inflamación de la artritis en las personas mayores.
Lo que las personas mayores necesitan saber
La terapia con luz roja generalmente se considera segura para la mayoría de las personas, incluidas las personas mayores, cuando se usa según las indicaciones. A diferencia de los medicamentos, no es invasivo, no contiene fármacos y tiene efectos secundarios mínimos.
Sin embargo, es esencial:
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Consulta con tu médico:
Antes de comenzar cualquier tratamiento nuevo, especialmente si tiene problemas de salud subyacentes o está tomando medicamentos, hable con su médico para asegurarse de que la terapia con luz roja sea adecuada para usted.
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Utilice un dispositivo de buena reputación:
Elija un dispositivo de un fabricante acreditado que proporcione información clara sobre las longitudes de onda, la intensidad y los tiempos de tratamiento.
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Siga las instrucciones cuidadosamente:
Siga las recomendaciones del fabricante en cuanto a la duración y la frecuencia del tratamiento para evitar posibles efectos secundarios.
Si bien son poco comunes, los posibles efectos secundarios pueden incluir:
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Irritación de la piel:
Algunas personas pueden experimentar un leve enrojecimiento o calor en el lugar del tratamiento, que generalmente desaparece rápidamente.
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Sensibilidad ocular:
Es fundamental utilizar gafas protectoras proporcionadas con el dispositivo para proteger los ojos de la luz.
Elegir el dispositivo adecuado para usted
Los dispositivos de terapia con luz roja están disponibles en varias formas, incluyendo:
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Dispositivos de mano:
Son portátiles y convenientes para apuntar a articulaciones específicas.
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Paneles:
Los paneles más grandes pueden cubrir una superficie más amplia, lo que los hace adecuados para tratar múltiples juntas simultáneamente.
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Envolturas:
Se pueden fijar vendas flexibles alrededor de articulaciones como la rodilla o el codo para un tratamiento específico.
Al elegir un dispositivo, considere:
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Longitudes de onda:
Busque dispositivos que emitan luz roja en el rango de 600 a 700 nm y luz infrarroja cercana en el rango de 800 a 900 nm, ya que se ha demostrado que estas longitudes de onda son más efectivas para la artritis.
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Intensidad:
La intensidad se mide en milivatios por centímetro cuadrado (mW/cm²). Los dispositivos de mayor intensidad pueden proporcionar resultados más rápidos, pero siempre siga las recomendaciones del fabricante.
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Área de tratamiento:
Elija un dispositivo que pueda cubrir adecuadamente el área que desea tratar.
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Presupuesto:
Los precios pueden variar mucho, así que determine su presupuesto y explore diferentes opciones.
Más información:
Productos e instrumentos láser | FDA
Incorporación de la terapia de luz roja
La terapia con luz roja puede ser una valiosa adición a su plan de manejo de la artritis existente. Aquí te dejamos algunos consejos para incorporarlo a tu rutina:
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empezar lentamente:
Comience con sesiones de tratamiento más cortas y aumente gradualmente la duración según la tolerancia.
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ser consistente:
La constancia es clave con la terapia de luz roja. Intente realizar tratamientos regulares, según lo recomendado por su médico o el fabricante del dispositivo.
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Combinar con otras terapias:
La terapia con luz roja se puede utilizar junto con otros tratamientos como fisioterapia, medicamentos o modificaciones del estilo de vida.
Recuerde, la terapia con luz roja no es una solución rápida. Pueden ser necesarias varias semanas o incluso meses de tratamiento constante para experimentar resultados notables. Sea paciente y siga su progreso para ver cómo le beneficia la terapia con luz roja.
Si está considerando la terapia con luz roja para el dolor de la artritis, consulte con su médico o un profesional de la salud calificado. Pueden ayudarlo a determinar si es adecuado para usted, asesorarle sobre los protocolos de tratamiento adecuados y asegurarse de que complemente su plan de atención médica general.