La terapia de luz roja suele ser segura con la dosis adecuada (10-20 minutos por sesión, 3-5 veces por semana) y dispositivos de calidad. El tono de piel, la adherencia al dispositivo y evitar la sobreestimulación son factores importantes. No es invasiva, pero sí conlleva riesgos; se recomienda evitarla si es fotosensible o toma medicamentos fotosensibles; se recomienda usar protección ocular.